Estimados amigos:
Ya hemos terminado nuestra estancia en Nampula.
La semana pasada estuvimos varios días en Mecuburi, donde llevamos desde
Gam Tepeyac apadrinamientos de 39 chicas que estudian secundaria y donde las
“Servas de Nossa Senhora de Fatima” dirigen el internado.
La vida allí es muy apacible, no hay señal de radio ni de televisión.
Parece que por fin en pocos días va a llegar energía eléctrica de la red
pública. Ahora funcionan con paneles solares que sirven para tener un poco de
luz por la noche y poder aprovechar un poco más el tiempo, ya que a las 18
horas es de noche. No hay calentadores eléctricos, y para calentar el agua
usamos un caldero negro puesto al sol. Eso sí, tienen huerta, animales
(conejos, puercos, etc.), árboles frutales, así que la comida es muy sana. A
pesar de no pasar nada de hambre vamos notando el descenso de peso, y que poco
a poco vamos adelgazando.
En estos sitios descubrimos que se puede vivir con mucho menos de lo que
tenemos, y que se puede ser feliz.
En Mecuburi estuvimos desde el lunes hasta el jueves, y al volver de nuevo
al Monasterio donde estábamos nos dicen que llevan tres días sin energía
eléctrica en la mayor parte del centro, así que nos hemos pasado jueves,
viernes y sábado a todo correr buscando la avería y dejando el problema más o
menos solucionado (con alguna tarea pendiente para que ellos mismos lo
solucionen). Allí hay tantas cosas (4 casas grandes de 25 personas, motobombas
de agua, molino, etc.) que cada poco falla alguna cosa, y no damos abasto a
todo.
Ahora ya estamos en Matutuine, en la provincia de Maputo, en la Misión de
San Roque, donde el trabajo es más sosegado. Os iremos contando. Nos acordamos
mucho de nuestro compañero Avelino.
Como podeis ver, esta vez tenemos muchas más posibilidades de poder
comunicar con vosotros, ya que Internet ha avanzado muchísimo aquí.
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